Eran pasillos eternos, llenos de soledad, de historia, de analogías, que conducen al portal del tiempo que fraccionado se congelo en una etapa que todos prefieren olvidar. Es así que la descripción nos invita a formar parte del invento de mentes trasnochadas que persiguen los lamentos de los que se rindieron sin siquiera haberlo intentado.
Pareciera que la guerra llego sin
previo aviso, que los ataques sistemáticos fueron de perfil bajo creando un
holocausto donde los vestigios son la prueba del clamor de sus sufrimientos que
retumban en paredes frías de colores olvidados.
Todo es un desierto de ideas, donde además de
la escases de valores prima la intolerancia por el criterio ajeno. Son caminos de amargura, donde la vejez se hace prematura
sin el permiso de nadie hasta que el deterioro de los molares hace imposible
una sonrisa.
Por eso el exterminio de la raza entusiasta es
un hecho que no merece un debate, donde la democracia es una mala palabra
irreproducible en cualquier lenguaje por lo que su traducción está vetada desde
cualquier punto de vista.
Los pilares son tan frágiles como
débil es la estructura que pronto veremos colapsar mientras nuestros ojos
derraman lágrimas de impotencia ante un escenario que un día fue propicio para
una plataforma que nos convertiría en seres lejos del anonimato.
La esperanza solo es una palabra
gastada que reposa en un grafiti que algún atrevido se lleno de valentía para
inmortalizar así un hecho aislado que no llego mas allá de unos centímetros en
una libertad que nadie comprende, que nadie disfruta.
En esta la tierra del incapaz que
sin esfuerzo se prepara para ser parte del rebaño, no entiende que el genocidio
no es el nombre de la fiesta de la luna, ni el disparate de un intelectual que
bautiza así el estreno de un cortometraje.
Pulcro ni la conciencia, lástima
que los valores se quedaron en el armario donde la ética y la moral están llenas
de polvo y telaraña. Busco en la desolación el grito desesperado de los que
claman por autonomía, los que algún día vivieron lejos de sus miedos y donde hoy
solo es una anécdota.
Soy el que sobrevivió a la
pandemia, el que se resistió a que el mundo llegara a su fin…
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